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La Revista

Relaciones Carnales

La reciente aprobación de la ley de medios de la ciudad de Buenos Aires, a la medida del Grupo Clarín, es una prueba más del vínculo de “amistad” que mantiene Mauricio Macri con el multimedio, que tiene en el jefe de gobierno la esperanza de un candidato.

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Cielo Azul
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Mauricio Macri logró que la Legislatura porteña sancionara una ley para proteger a los grandes grupos mediáticos y, en especial, al Grupo Clarín. Finalmente –esto es un tanto increíble–, la idea se plasmó con una norma presentada por el legislador de Proyecto Sur Julio Raffo, que recibió el respaldo del macrismo. La iniciativa profundizó las “relaciones carnales” que el jefe de Gobierno y el multimedio mantienen desde hace tiempo. Esta alianza incluye negocios como la compra de netbooks que el gobierno de la ciudad le hizo al Grupo para distribuirlas en las escuelas, con un costo de 274 millones de pesos. Hay, sin embargo, un enigma que subyace: ¿hasta qué punto estas relaciones carnales ayudarán a Macri en su carrera presidencial? ¿Puede Clarín paliar la principal debilidad del jefe porteño, que es la falta de estructura territorial a nivel nacional? 
“La construcción de un liderazgo político no tiene nada que ver con la de uno mediático”, remarcó el sociólogo Artemio López, director de la consultora Equis. Y describió de modo sintético esta diferencia. “En política se gana por prevalencia, es decir, por competir con el adversario, ganarle y prevalecer. Eso no se puede traducir a la clave mediática. Ningún referente territorial se siente menos que otro por no aparecer en los diarios. El multimedio da visibilidad, pero no sirve para la construcción territorial. La lógica de la prensa es una y la de la política, otra, aunque en esta época haya cierta confusión.” El consultor agregó que “la paradoja es que los medios opositores transformaron a los políticos opositores en comentaristas de la realidad y de esta forma colaboraron con la fragmentación porque los dirigentes abandonaron la construcción territorial”. 
Un ejemplo de esto es que los medios dominantes vienen pidiendo a los gritos la unidad de la oposición al estilo venezolano, con la fantasía de encontrar al Henrique Capriles argentino. “Y lo que estamos viendo es que hay un nivel de fragmentación en el arco no oficialista que puede ser aún mayor que el de la última elección.” Respecto del vínculo entre el jefe del PRO y Clarín, el analista remarcó que “el Grupo le da poder de réplica en la zona metropolitana, pero su rebote en el interior es mucho menor. Podría decirse que el alcance del multimedio es mayor al despliegue territorial de Macri, pero no puede reemplazar esa carencia”. 
El consultor político Carlos Fara dijo a Caras y Caretas que no es muy buen “negocio”, en términos políticos, que un dirigente aparezca demasiado ligado a un medio de comunicación. “En términos generales, la sociedad tiene hoy una opinión crítica sobre los medios. A la gente no le gusta que la prensa se someta a la lucha política. Entonces, cualquier ligazón muy evidente de un dirigente con un medio, cualquiera que sea, no ayuda.” Por otra parte, Fara coincidió con López en que la gran debilidad del jefe porteño es, nada más y nada menos, que la carencia de un partido de alcance nacional. “Un multimedio jamás puede reemplazar eso. La percepción de la gente no es sólo que Macri no tiene estructura territorial, sino que tampoco la está construyendo. No alcanza con el resultado de Miguel del Sel en Santa Fe para cambiar esa percepción.” 
Hay algo que no puede negarse: aunque sea para que la sociedad los conozca, los políticos necesitan aparecer en la prensa. “No estoy diciendo que los medios no tengan importancia”, remarcó Fara al ser consultado al respecto. “Para alguien que quiere competir en la escala presidencial son fundamentales. En otras categorías, como intendentes, pueden tener menos relevancia. De todos modos, hoy encontramos casos en el mundo de dirigentes que han tenido buenos resultados electorales dándose el lujo de no contestar ni una sola entrevista, como Pepe Grillo, en Italia.”

 

DE PROBETA
En las últimas elecciones presidenciales, el opositor mejor posicionado fue Hermes Binner. Sacó el 16 por ciento de los votos, y aunque quedó a casi 40 puntos de Cristina Fernández, dentro de la enorme fragmentación opositora fue el más acompañado. Esto, sin embargo, no transformó a Binner en el “elegido” de Clarín, que no suele darle al líder socialista demasiado espacio en las páginas del diario ni en sus radios y canales. Esta podría ser una señal de que, en esta ocasión, a diferencia de otras, el Grupo no amplifica un fenómeno que surge del propio proceso político, como hizo con el Frepaso, sino que intenta crear el candidato –Macri– en una especie de laboratorio. 
“El único fenómeno que pueden crear es el de desgaste del oficialismo –remarcó López–. Desde el punto de vista del liderazgo tienen uno, mediático, Jorge Lanata. ¿Y qué es lo más parecido a Lanata en la arena política? Elisa Carrió, que sacó menos del tres por ciento en las últimas elecciones.” 
Respecto de Binner, el analista remarcó que el socialista “no pudo evitar entrar en la lógica binaria de la prensa y eso lo desperfiló. Hoy compite entorno a los diez puntos a nivel nacional con Macri”. 
Fara también opinó sobre el proceso que sufrió la figura de Binner. “Él ha intentado tener una postura de oposición moderada frente al Gobierno y eso no es ‘funcional’ a la estrategia de los medios enfrentados al oficialismo, que apuestan a poner todo en términos de blanco-negro. Por otra parte, quizás él no sea tan ‘efectivo’ para el impacto como Carrió, por una cuestión de estilo personal.”
El politólogo analizó el cambio de postura de la prensa opositora desde que se sancionó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. En esta interpretación, quizá, se encuentren algunas de las motivaciones por las que Macri aplicó con la “Ley Clarín” el clásico doble discurso de la derecha: hablar de respeto por la Constitución y las instituciones para violar las instituciones y la Constitución. “A partir de la Ley de Medios, la prensa opositora radicalizó su postura, empujando a muchos dirigentes políticos a aceptar la estrategia del medio para poder aparecer en él. Esto fue un cambio respecto de cómo fueron las cosas desde el retorno de la democracia: en lugar de que el medio amplifique la estrategia del candidato que le gusta, los dirigentes amplifican la estrategia del medio, sobre todo de los más grandes.” 
Hay que señalar, en honor a la verdad, que este no es el primer gobierno que hace una ley a medida del Grupo Clarín, más allá de que el PRO intente mostrar a la Capital como una república independiente. En la misma línea estuvo la Ley de Industrias Culturales, sancionada por Eduardo Duhalde para proteger al Grupo de sus acreedores externos. Clarín le devolvió el favor ocultando, al principio, los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Después de su interinato de casi dos años, Duhalde soñó con volver a la presidencia. De nada le sirvió el Grupo para que la sociedad dejara de verlo como parte de la “vieja política”, y en la última elección sacó el seis por ciento de los votos. Como dice Artemio López, “no es lo mismo la construcción de un liderazgo político que la de uno mediático”. ¿De cuál de las dos estará más cerca Mauricio Macri?

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