La fama, el voyeurismo, el espionaje son vicios que siempre hemos tenido. Incluso mucho antes de la existencia de las computadoras. Los hackers de ayer tenían métodos más rudimentarios pero las mismas intenciones.
martes 19 de abril de 2016 | 3:51 PM |Penetrar en la intimidad de los famosos, recortar la realidad, lograr salir en la revista con mayor tirada de la época eran situaciones que tranquilamente pueden considerarse como antecesoras del espionaje virtual que vivimos hoy en día. En el Especial por el cumpleaños 80 del general Bartolomé Mitre (cuya familia era propietaria de Caras y Caretas) se dedican a exaltar la figura del militar, político, periodista e historiador. En esa publicación del 26 de junio de 1901 dedicada al autoelogio se lo intentó mostrar como un político que podía caminar por la calle como cualquier ciudadano. Lo paradójico es que la foto es trucada. Es un recorte de una foto también publicada por la revista (el 5 de mayo de 1900) en ocasión de los funerales de su hijo Bartolomé Mitre Vedia, uno de los fundadores de Caras y Caretas. Otra curiosidad es el fotomontaje publicado en la edición del 15 de agosto de 1903 en la que se simula una reunión del gabinete de Julio Argentino Roca y una pelea entre sus ministros de Hacienda y Agricultura.
Todos se desesperaban por aparecer en la revista. Era el Facebook de la época. Las páginas de sociales colmaban la revista y para pertenecer había que salir en la página de “Enlaces”. Para 1908 se registra un particular “Casamiento masónico” entre dos miembros de la Logia Pitágoras. Por último, dos ejemplos de la invasión a la privacidad. El general Mitre en su lecho de muerte, publicada por su propio diario, en 1906, y el ex presidente Hipólito Yrigoyen, en julio de 1933.