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La Revista

Sobre la definición de lealtad

Por María Seoane – Directora de Contenidos Editoriales.

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La lealtad –fidelidad– constituye también el ethos, la costumbre de una comunidad o de una persona que, devenida ciudadano/a en la modernidad, da su palabra de honor de mantenerse fiel a su compromiso, sus ideas, tanto a sus vínculos personales como a un pueblo, a una patria, a un partido político e, incluso, al dirigente que lo representa más allá de los beneficios materiales que reciba. Porque toda lealtad es también una lealtad a sí mismo, la pérdida de ese vínculo es un problema ético.

La derecha conservadora y neoliberal ha criticado siempre la lealtad a Yrigoyen, Perón, Evita; detesta la fidelidad a esos líderes populares, como incomprende la lealtad de los miles de argentinos que siguieron a Néstor Kirchner y ahora a la Presidenta.

La historia de la lealtad en la política, como el pacto entre un líder y sus seguidores, deviene para las clases dominantes el toma y daca desnudo, una fidelidad a cambio de subsistencia, de protección para sobrevivir, más típico de las sociedades esclavistas que de las democracias occidentales. No es falta de comprensión del fenómeno de la lealtad. Es la negación del compromiso como pasión política más allá de los beneficios materiales que proporciona. Reducido al toma y daca burdo que las derechas endilgan a los pueblos cuando defienden a sus líderes –prebendas a cambio de lealtades–, los ciudadanos son simples consumidores de favores.

El increíble fallo de dos jueces sobre la elección en Tucumán, que ven fraude donde existe fidelidad, porque reducen el compromiso de los pobres al lugar del mendigo o del esclavo, expresa la idea que los sectores dominantes tienen del valor de la lealtad, del compromiso y de la ética colectiva.

La súbita aparición de una posible asociación ilícita por malversación de fondos públicos de la ciudad que gobierna el líder de la derecha, Mauricio Macri, para dárselos a los candidatos de su partido PRO, como en el caso Niembro, es más que un tema de corrupción: es la idea de lealtad que las clases dominantes tienen de sí mismas y suelen derramar a toda la sociedad. En ellas, la lealtad está vinculada con el interés más que con el compromiso con una causa colectiva. Suelen privatizar sus pasiones, incluso las colectivas.

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