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La Revista

La Historia de los mundiales: mucho más que Fútfol

La primera copa se jugó hace ochenta años, y la ganó Uruguay. Hoy, la Fifa, convertida en una verdadera multinacional que mueve millones, se jacta de tener más miembros que la ONU.

Por Ezequiel Fernández Moores
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En 1930, año de la primera Copa Mundial de Fútbol, la Argentina padecía su primer golpe de Estado e iniciaba la Década Infame. En el mundo comenzaba la Gran Depresión. El fascismo y la especulación económica eran indeseables acompañantes en el inicio de los mundiales de fútbol. Uruguay, un país con divorcio, ley de ocho horas de trabajo y educación obligatoria, gratuita y laica, recibió la sede de la primera Copa. El hombre que había democratizado a Uruguay, José Batlle, no llegó al Mundial. Murió un año antes. Uruguay celebraba en 1930 el centenario de su Constitución y la Fifa le dio la sede porque la selección celeste era la mejor del planeta. Antes de 1930, los mundiales eran los Juegos Olímpicos. Y Uruguay había sido campeón en los Juegos de París 1924 y Ámsterdam 1928. El éxito del fútbol en los Juegos Olímpicos animó al francés Jules Rimet, presidente de la Fifa, a crear las copas mundiales. Pero a Europa no le agradó que el primer mundial fuera para Sudamérica. Por eso, la Copa de 1930 contó con apenas trece selecciones, diez menos que en los Juegos del 24. Uruguayos y argentinos, finalistas en los Juegos del 28, definieron también el primer Mundial de la Fifa. Los argentinos denunciaron agresiones e insultos y amagaron con retirarse del torneo. Los campeones olímpicos uruguayos, liderados por el capitán José Nasazzi, tenían como DT a Carlos Supicci. La Argentina, algunos de cuyos jugadores estaban enojados porque el capitán Manuel “Nolo” Ferreira había viajado a Buenos Aires en plena competencia para rendir un examen de escribano, eran dirigidos por Francisco Olazar. Pero Supicci era un preparador físico y Olazar un ex jugador. Los equipos, en realidad, los armaban los dirigentes y los entrenadores eran los capitanes. La final se jugó en el nuevo Estadio Centenario, que fue construido en apenas seis meses. Cuentan que hubo 90 mil personas. Montevideo tenía entonces 655 mil habitantes. Uruguay ganó 4-2 bajo un clima pesado, con amenazas e intimidaciones. Así no se podía ganar, dijo buena parte de la prensa argentina. Nos consideramos campeones morales, un mito que mantuvimos durante largas décadas. Tres años después, igual que la Argentina en 1930, los uruguayos sufrían su primer golpe de Estado. El presidente Gabriel Terra disolvía el Parlamento y creaba la Junta de Gobierno. En el Mundial de Uruguay 1930 los jugadores salían con saco a la cancha. No hubo empates. Nunca más sucedió algo así.

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