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La Revista

La hipocresía de medios y dirigentes

Por Felipe Pigna – Director General

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El mundo asiste a la mayor crisis de refugiados e inmigrantes que recuerde la historia.  La hipocresía de las dirigencias y de los medios dominantes del Viejo Continente parece no tener límites. Han logradoinstalar que se hable de los efectos y se metan bajo una alfombra las causas. Las causas se remontan a los años del colonialismo, cuando Europa saqueó gran parte de Asia y todo el continente africano. La independencia llegó cuando muchos de los recursos naturales habían mermado o desaparecido. Las potencias se encargaron de establecer en sus colonias una economía extractiva, sin dejar otras alternativas productivas, ni hospitales, ni escuelas suficientes, sólo la pandemia de la miseria.

Durante los procesos independentistas fomentaron las rivalidades étnicas, tribales y religiosas, como ya lo habían hecho los ingleses en la India, creando al norte el Estado

islámico de Pakistán, lo que provocó el traslado de millones de personas por territorio hostil y centenares de miles de muertes y un estado de permanente enfrentamiento militar entre los dos países. Ahora vemos niños muertos en playas, miles de seres humanos como nosotros que huyen desesperados en busca de una oportunidad de sobrevivir. El viaje no puede ser más trágico. Venden hasta lo que no tienen para pagarles a los traficantes de personas, que los instalan en barcos sobrecargados y en lanchones desbordados. A esto le sigue la travesía a pie por territorios hostiles, como esta Hungría gobernada por la peor ultraderecha, cargados de hijos y de lo poco que pueden portar mientras los líderes europeos hablan de cuotas de personas y de cómo se las van a repartir. La llegada a un país centroeuropeo tampoco les garantiza mucho; saben que deberán humillarse y aceptar las condiciones del vencedor (el principal causante de su desgracia) y que el futuro de sus hijos depende de la dudosa sensibilidad de gobernantes impresentables. Europa, que se jacta de ser el continente de la ciencia, el humanismo, los derechos del hombre, el reservorio de “lo mejor de Occidente”, está poniendo en duda todos esos pergaminos en estos días de escandaloso egoísmo y de amnesia selectiva.

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