Por Felipe Pigna. Director General
Las graves consecuencias culturales de la dictadura cívico militar plantearon la necesidad de que el Estado se hiciera cargo a partir del 10 de diciembre de 1983 de múltiples cuestiones, entre ellas la cultura, ámbito en el que el gobierno de Alfonsín centró gran parte de su acción política. El contexto de una sociedad devastada por la censura, la persecución y la muerte de diversos representantes del mundo cultural y la promoción de valores fundados en el orden y el patriarcado, demandaba la creación de un espacio de libertad y de representación de nuevas formas y símbolos sociales. Expresiones como cultura política, cultura democrática, democratización de la cultura, cultura para todos, “Programa para la democratización de la cultura”, pusieron de manifiesto el papel adjudicado a la cultura: la capacidad de consolidar la democracia cambiando actitudes y valores. El hecho de que el Programa Cultural en Barrios fuera una de las primeras acciones del gobierno radical revela la importancia que el espacio cultural tenía para la gestión. Una de las principales metas que se propuso ese plan fue la recuperación de la trama social preexistente de instituciones barriales en desuso (clubes, sociedades de fomento, bibliotecas) y con escasa actividad. La tercera edad fue convocada para participar en los talleres de historia oral, para construir una memoria barrial; el programa Mujer reconoció identidades de género y en tercer lugar se delimitó un espacio para los jóvenes a través de un taller destinado a la historia del rock. La censura quedó eliminada y se disolvió el Ente de Calificaciones Cinematográficas que durante la época de la dictadura determinaba qué películas podían ver los argentinos. Comenzaron a verse en los kioscos revistas eróticas, lo que indignó a los sectores conservadores que calificaron al gobierno como una “democracia pornográfica”.
El mercado editorial creció notablemente, en consonancia con un público ávido de ponerse al día con todo lo que no le habían dejado leer durante los siete años de oscurantismo. Uno de los libros más leídos fue el Nunca más, que se transformó en un documento imprescindible. El cine vivió un saludable renacimiento y abordó temas de actualidad o de contenido político. La primera película fue Camila, dirigida por María Luisa Bemberg, que abordaba una historia que se desarrollaba en la época de Rosas y estaba cargada de mensajes sobre la última dictadura militar: el exilio, la arbitrariedad, el Estado terrorista, la complicidad de la Iglesia y la censura. Tuvo un gran éxito y llegó a competir por el Oscar.
La otra gran película de esta nueva etapa democrática fue La historia oficial, dirigida por Luis Puenzo, que abordó el doloroso tema del robo de bebés durante la dictadura. Causó una profunda conmoción y tuvo una gran difusión de alcance mundial; en 1986 obtuvo el Oscar de la Academia de Hollywood a la mejor película extranjera. En el espacio teatral fue notable el éxito de la obra de Enrique Pinti, Salsa criolla, que repasó con agudeza y humor la historia argentina desde la conquista hasta esos días y permaneció diez años en escena.
En ese contexto, el rock nacional alcanzó una enorme difusión y a los ya consagrados Charly García, Luis Alberto Spinetta, Pappo y León Gieco, se sumaron Soda Stereo, Virus y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (que venían actuando en pequeños locales desde 1976). Pero también se desarrollaron los lugares que expresaban la pujante cultura alternativa, como el Parakultural, dirigido por Omar Viola y Horacio Gabin, que continuaba la movida iniciada por Omar Chabán en el Café Einstein. En el Parakultural brillaron Batato Barea, Humberto Tortonese, Los Melli, Alejandro Urdapilleta, Las Gambas al Ajillo, Verónica Llinás, las Hermanas Nervio, el Clu del Claun. Y también Los Violadores, Don Cornelio y la Zona y Sumo, una de las bandas más disruptivas de nuestra historia, liderada por Luca Prodan. A esa agrupación emblemática y a su inspirador, dedicamos este número de Caras y Caretas a 30 años del inicio de su última gira mágica y misteriosa.