El 27 de septiembre de 1930, una fusión crearía la Confederación General del Trabajo. Ahora, otra reunificación, intenta enfrenta otra crisis económica.
jueves 27 de septiembre de 2018 | 12:22 PM |Quienes habían apoyado a comienzos del siglo XX a los movimientos anarquistas fueron acercándose al sindicalismo. Los trabajadores argentinos ya conocían los devastadores efectos de la represión después de contar muertos en la Semana Roja, la Semana Trágica y la Patagonia Rebelde. Sin embargo, los nacientes sindicatos perdieron afiliados como consecuencia de la crisis económica mundial que se desencadenó en 1929. En ese contexto y con la intención de detener la fuerte fragmentación del movimiento obrero, el 27 de septiembre de 1930 fundan la Confederación General del Trabajo, que fue producto de la unificación de la Unión Sindical Argentina (disidentes de la Federación Obrera de la Republica Argentina) y la Confederación Obrera Argentina (socialistas).
Se hizo muy fuerte en paralelo a la industrialización de la Argentina, que sumaba trabajadores registrados que pugnaban por sus derechos. Hasta la primera presidencia de Juan Domingo Perón, su alineación fue socialista para, desde entonces y hasta ahora, definirse como peronista. El peronismo impulsó la sindicalización de los empleados y mantuvo un diálogo cercano con los dirigentes y también con las bases. Entonces, la CGT comenzó a tener un rol central en la vida política. Tras el golpe de Estado de Onganía, en 1968, hubo un quiebre y se formó la CGT de los Argentinos, dirigida por Raimundo Ongaro. Tenía una posición antiimperialista y contraria al régimen militar y fue un actor fundamental del Cordobazo.
Por otro lado, el crecimiento de Montoneros se convirtió en un enemigo más para la burocracia sindical de la gran CGT y, entre 1969 y 1973 sufrió el asesinato de tres dirigentes: Augusto Timoteo Vandor, José Alonso y José Ignacio Rucci.
Con el estallido del golpe del 76, muchos militantes sindicales fueron secuestrados, torturados y desaparecidos. Un sector autodenominado «Los 25» vuelve a conformar la confederación (llamada CGT Brasil), organiza huelgas generales y la gran manifestación que exigió la vuelta de la democracia el 30 de marzo de 1982 en Plaza de Mayo, con Saúl Ubaldini a la cabeza.
Durante el gobierno de Raúl Alfonsín, tuvieron un duro accionar frente a la crisis económica y organizaron 13 paros generales. Cuando el riojano se mostró como un buen empleado de los poderes económicos internacionales, la confederación se fragmentó y quedaron, por un lado, los más menemistas, como Luis Barrionuevo; los empleados de comercio y de la bancaria, conocidos como Los Gordos; el MTA encabezado por Hugo Moyano y, por último, se conformaría la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
Durante el kirchnerismo, el camionero Hugo Moyano fue el gran protagonista del movimiento obrero organizado. Primero como oficialista y luego como opositor. La CGT oficialista quedó entonces en manos del metalúrgico Antonio Caló. En la elección del secretario general de 2008, Luis Barrionuevo formó la CGT Azul y Blanco. El 22 de agosto de 2016 las tres vertientes se reunificaron como hace 86 años y anuncian un plan de lucha para enfrentar al modelo de ajusto del presidente Mauricio Macri. La acción del macrismo volvió a dividirlos entre entreguistas y combativos.