Los testimonios de Noam Chomsky y Barack Obama
martes 24 de mayo de 2016 | 3:14 PM |POR NOAM CHOMSKY
Lingüista y filósofo
El problema de las drogas está en Estados Unidos, no en México. Es un problema de demanda y tiene que ser abordado aquí, pero no se hace así. Se ha demostrado una y otra vez que la prevención y el tratamiento son mucho más efectivos en costos que la acción policiaca, operaciones fuera del país, control fronterizo y más. Pero el dinero va en otra dirección y nunca tiene impacto. Cuando los líderes aplican durante décadas políticas que no tienen consecuencias para el objetivo declarado y son muy costosas, uno debe preguntarse si están diciendo la verdad y si esas políticas son para otro objetivo, porque no reducen el uso de drogas.
Por qué se aplican estas políticas inefectivas y costosas a pesar de que se sabe que hay otras más eficaces y baratas. Sólo hay dos respuestas posibles: o todos los líderes están colectivamente locos, lo cual podemos descartar, o simplemente persiguen otros objetivos. En el extranjero es una campaña de contrainsurgencia; en casa, una forma de deshacerse de una población superflua –hay una correlación muy cercana de raza y clase–, no perfecta, pero casi: de hecho se está echando a los hombres negros a un lado. En Colombia lo llamarían limpieza social. Aquí simplemente los ponen en las cárceles. El incremento masivo de encarcelamientos, sobre todo de afroestadunidenses, y también de latinos, se debe a la llamada guerra contra las drogas en Estados Unidos, pero tiene raíces en una larga historia de control y esclavización, tanto formal como mediante el sistema penal, contra la población negra. Las consecuencias de estas políticas son significativas para los centros del poder: emprender operaciones contrainsurgentes en Colombia y otras partes, y una limpieza social aquí, en la forma tradicional estadunidense. Todo esto está al descubierto. ¿Dónde consiguen sus armas los cárteles de la droga? Son entregadas por Estados Unidos. Si cortara el flujo de armas no acabaría con la violencia, pero tendría gran efecto. Si los cárteles en México desean rifles de asalto, los obtienen en Arizona. El problema está vinculado con una serie de políticas en ambos países, y que en Estados Unidos, en los últimos 30 años, la promoción del sector financiero en la economía y la destrucción del sistema productivo han llevado a que los ingresos reales se hayan estancado para la mayoría de la población: ha tenido los mismos efectos que el neoliberalismo en México; menos agudos, pero similares. Esto lleva a confirmar, igual que con las políticas antinarcóticos, que los gobiernos no están para servir a sus ciudadanos; trabajan para sus bases principales que son, sobre todo, integrantes del sector financiero.
Diario La Jornada
19 de agosto de 2011
POR BARACK OBAMA
Presidente de Estados Unidos
Las pandillas de criminales y narcotraficantes no sólo son una amenaza contra la seguridad de los ciudadanos. Son una amenaza contra el desarrollo porque ahuyentan la inversión que necesita la economía para prosperar. Con nuestros socios, desde Colombia hasta México, y con los nuevos programas regionales en Centroamérica y el Caribe, estamos haciéndole frente a este desafío, juntos, desde todas las direcciones. Nuestro país incrementó el respaldo en equipo y capacitación a las fuerzas policiales y de seguridad de la región y mediante la coordinación e intercambio de información de los traficantes de drogas y seres humanos es que tienen menos sitios donde esconderse. Pero nunca eliminaremos el atractivo de los cárteles a no ser que también les hagamos frente a las fuerzas sociales y económicas que alimentan la criminalidad. Necesitamos llegar a los jóvenes vulnerables antes de que recurran a las drogas y el crimen. Por lo tanto, estamos uniéndonos a socios en todo el continente para intensificar la vigilancia comunitaria, mejorar los sistemas de justicia juvenil e invertir en programas de prevención del crimen y las drogas. Con los socios regionales e internacionales, nos aseguraremos de que nuestro respaldo no solamente esté lleno de buenas intenciones, sino que esté bien coordinado y sea gastado debidamente. En Estados Unidos aceptamos nuestra responsabilidad por la violencia generada por las drogas. La demanda de drogas, incluida la de Estados Unidos, impulsa esta crisis.
AFP. Santiago, Chile
21 de marzo de 2011