No englobada dentro de la especificidad dela violencia de género, la ejercida por la mujer contra el hombre en el marco de una relación de pareja o familiar se llama violencia cruzada y, según las estadísticas, está en aumento.
lunes 1 de abril de 2013 | 2:07 PM |Ustedes con esto de la liberación femenil (sic) pues que se están pasando…”, le dice el policía personificado por Cantinflas a una señora que acaba de moler a golpes a su marido, en la película Patrullero 777, el penúltimo filme del cómico mexicano en 1978. Atrás quedó la imagen del macho latino, pura fuerza y prepotencia en las sociedades patriarcales latinoamericanas. Y no solamente lo muestra la película sino las estadísticas y estudios que en la última década han llevado a los gobiernos a tomar en cuenta este nuevo tipo de violencia social: el hombre golpeado por la mujer. La idea de un varón agredido físicamente por su pareja aún no es asumida como forma de violencia. Losprejuicios en relación con la fortalezafísica masculina y las estadísticas sobrecasos de violencia contra la mujerocultan esta incipiente forma de patologíaintrafamiliar. Datos oficiales en países como la Argentina, México,Chile y Uruguay indican que solamente un promedio del tres porciento de los varones denuncia ante las autoridades competentes de cada Estado la agresión que padece de parte de sus parejas. Fernando Bulcourf, psicólogo forense y pro secretario de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD)que funciona en la órbita de la Corte Suprema de Justicia argentina des-de septiembre de 2009, prefiere hablar de violencia doméstica y violencia cruzada,para entender las raíces del fenómeno. “La violencia de género empezó a cobrar relevancia por la lucha dela mujer en busca de equiparar sus derechos a los del hombre en una sociedad patriarcal y esto llevó a poner en escena el maltrato doméstico ante la sociedad”, sostiene. “La violencia cruzada es la agresión mutua dentro de la pareja fruto de una suerte de competencia de derechos que unos y otros consideran conculcados”, agrega. Según la OVD, los casos de agresión padecida por el varón dentro de la familia alcanzan un seis por ciento del total de denuncias recibidas, de acuerdo con los últimos datos de 2012. Las estadísticas comparativas de los años de funcionamiento de la OVD en lo que a cantidad de personas afectadas se refiere por sexo y edad muestran un crecimiento de la violencia padecida por el varón. “La OVD atiende a todas las personas que hayan sido afectadas o que refieran conocer una situación de violencia doméstica respecto de una tercera persona,sin importar su sexo, identidad sexual o edad, con el mismo protocolo de atención”,señala María Delia Castañares, funcionaria de la oficina. “Se admite a la persona, pasa con el equipo donde realiza el relato de la situación, se elabora el informe de riesgo y una vez confeccionado el legajo se realizan las derivaciones correspondientes conforme con la acordada 40/2006 de la Corte”, agrega. Ladisposición del alto tribunal estipula lacreación y las normas de funcionamientode la OVD en todo el territorio nacionalcon dependencias que funcionan las24 horas, los 365 días del año.En 2009 se registraron en la OVD 551 denuncias de varones agredidos; en 2010 esa cifra sumó cien casos más; en 2011 apenas se redujo a 646 casos y en 2012 trepó a 950 denuncias masculinas. La violencia contra el varón no tiene,legalmente, tratamiento autónomo. Está encuadrada dentro de la ley 24.417 de Protección contra la Violencia Familiar,sancionada en 1994 y promulgada en 1996, que también engloba casos de agresión sobre niños, niñas, personas mayores de sesenta años y discapacitados,todo dentro del ámbito parental. Otras estadísticas, como las elaboradas por la Dirección General de la Mujer,indican que en los últimos cinco años el 93 por ciento de la agresión intra familiares padecida por la mujer, el dos por ciento por el hombre y un cinco por ciento restante es resultado de la llamada violencia cruzada. Este concepto engloba la agresión generalizada entre ambos integrantes de la pareja al estallar situaciones de conflicto. “Cuando el agredido es el hombre aparece lo que ahora se llama violencia cruzada, porque en ese vínculo de pareja no hay una sola persona que agrede sino que son ambos”, señala Bulcourf. “Es cierto que los varones suelen denunciar para obtener algún beneficio durante un trámite de divorcio y es ahí donde el equipo de la OVD debe trabajar con cuidado y discreción para detectar este tipo de prácticas”, agrega. Desde un punto de vista antropológico, “el hombre fue educado para ejercer el dominio sobre la mujer y en general sobre la sociedad. Pero las sociedades y las miradas que los grupos humanos tienen sobre sí mismos van cambiando y con ellos lo hacen las legislaciones y así llegan los derechos reclamados por diferentes sectores,en este caso, la mujer. Los nuevos roles no están aún bien cimentados en nuestras sociedades y se producen estos choques de visiones”, conceptualiza Bulcourf. “Si un varón es maltratado le cuesta hacer una denuncia, porque eso le implica mostrase débil y menos varón frente a ese imaginario que aún no acepta los cambios.”
Macholatino amparado por ley
El fenómeno de la violencia cruzada, que incluye a los hombres como víctimas de maltrato físico, se extiende más allá de las fronteras y alcanza a todos los países de América latina.En México, considerado un país machista, diputados del PRI presentaron un proyecto de ley para la Protección frente a la Violencia Ejercida en contra de los Varones, que está en tratamiento parlamentario desde fines de 2011. En Chile,la ley 19.325 de violencia intrafamiliar, sancionada bajo el gobierno de la socialista Michelle Bachelet, engloba los conceptos de agresión física y psicológica, “entre miembros de una pareja” e incluye la agresión al varón. En Bolivia no hay leyes específicas pero funciona una Brigada de Protección a la Familia, encabezada por la funcionaria Rocío Molina, que admite que sólo en 2012 se produjeron dos denuncias diarias de varones golpeados por sus parejas y esa cifra “sigue subiendo aunque todavía no alcanza los niveles de violencia contra la mujer”. En Uruguay, la ley 17.514 de prevención, tratamiento y erradicación de la violencia familiar también incluye la situación del varón, aunque, como en el resto de los países, los casos son menos. Una de cada diez denuncias por maltrato es formulada por un hombre en las comisarías policiales, instancia habilitada por ley para recibir la denuncia. “Que la denuncia la reciba un policía tampoco ayuda a visibilizar el problema por una cuestión de vergüenza del varón denunciante”, señala la psicóloga uruguaya Gabriela Silva,integrante del colectivo América Latina Género, subsidiado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.En Paraguay la ley 1.600 de prevención y asistencia a las víctimas de violencia familiar “está centrada e interpretada por los jueces siempre en favor de la mujer”, señala Christian Paniagua, fundador de la ONG Kuimba’e Aty (Hombres unidos en el dolor) que presta ayuda desde 2007 a los varones agredidos por sus parejas. “En Paraguay la violencia contra la mujer registra muchos más casos y la situación del hombre parece invisible”, agrega. Paniagua presentó hacedos años un proyecto en el Parlamento que aún esperatratamiento.
Por Fabián Kovacic