Por María Seoane. Directora de Contenidos Editoriales. La manipulación y la compra o asociación comercial con la gran prensa, la anulación de la Ley de Medios de la democracia que impedía los monopolios comunicacionales, la desarticulación federal de los medios públicos para someterlos al discurso unitario de Buenos Aires, la estafa como método de comunicación en el debate presidencial, el revanchismo contra militantes o simpatizantes del anterior gobierno democrático, la injusta e ilegal prisión de Milagro Sala, el negacionismo de los crímenes del Estado terrorista, la costumbre de avasallar o transformar en una escribanía privada el Congreso y disciplinar a la Justicia anticipando la factura de DNU sin más urgencia que el control para la impunidad de negocios propios, los carpetazos contra dirigentes sociales y políticos para someterlos al poder del gobierno, la transferencia de recursos públicos a empresas privadas, el espionaje a opositores con grabaciones circuladas en la prensa oficialista con fiscales y jueces oficialistas en servicio activo, la promoción como jefe de los espías estatales a un amigo e inquilino presidencial denunciado por corrupción por los socios comerciales brasileños, el nepotismo más intenso al colocar en cargos públicos a parientes y amigos como pago de favores con sueldos altísimos, la apropiación del Estado en provecho propio como se vio en el intento de perdón de las deudas de más de cuatro mil millones de dólares del Correo para la familia presidencial, el decreto presidencial que permitió el blanqueo de las fortunas de los familiares de funcionarios, las licitaciones con testaferros y amigos del Colegio Newman para el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, el uso de las postales privadas como imagen pública mientras transforman lo público en privado transfiriendo en un año 200 mil millones de dólares de los recursos en impuestos hacia un puñado de empresarios del agro, la energía, los bancos, las mineras, el uso de la Anses para favorecer las finanzas del club de fútbol del Presidente y el intento de colocar los millones del fondo de garantía de las jubilaciones de todos en una empresa off shore manejada por un amigote de la farándula en Qatar, la negación de la evasión sistemática y millonaria de la familia presidencial que surge del escándalo en los Panamá Papers, y la consideración, por eso, en el mundo, de que el presidente de los argentinos es uno de los tres más corruptos del mundo, la compra de dirigentes populares con migajas de leyes de emergencia que después no reglamentan, la pérdida del valor del salario de los trabajadores en un 50% desde que su gobierno asumió, los tarifazos sucesivos de más de 600% en distintas tandas y bajo distintos rubros en los servicios de primera necesidad, el aumento progresivo del colectivo y el subte, la leche, la carne, el pan, la desocupación que trepó del 6,7% a 15% en apenas un año, la pérdida de 23 mil empleos sólo en la Patagonia, que se suman al más de medio millón ya contabilizado, los planes para rematar el yacimiento Vaca Muerta, la modificación por decreto de la prohibición de venta a extranjeros de las mejores tierras del país, el fin de planes como Conectar Igualdad, que daba computadoras para estudiar a cada joven, del plan Fines, que permitía terminar el secundario a los alumnos que trabajan, del plan satelital de Arsat y su remate a empresas extranjeras, el intento de desguace del Conicet, recortando los fondos para ciencia, el fin de la gratuidad de Fútbol Para Todos, el nuevo vaciamiento de la línea de bandera Aerolíneas Argentinas, el brutal endeudamiento a tasas del 7 u 8% –las más altas del mundo– que llevó la deuda externa a cerca de 70 mil millones de dólares en apenas un año, la mayor parte usada en gastos corrientes y fuga de divisas para financiar además la baja de cobro en retenciones al agro y mineras, el desconocimiento de paritarias y convenios laborales históricos para defender el salario de los trabajadores contra la inflación mayor al 60% en un año, y la decisión de permitir que aumente a 50 pesos el kilo de pan que expulsará a la miseria a millones de argentinos, me llevan, a 14 meses de su mandato, señor Presidente, a escribir estas líneas sin la esperanza de ser escuchada, ero fiel al compromiso que asumí como periodista de dar testimonio en tiempos difíciles.
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viernes 24 de febrero de 2017 | 3:17 PM |