La ciudad portuaria fundada por Pedro de Mendoza 44 años antes había quedado desierta después de que los conquistadores desistieran de sus objetivos, corridos por las enfermedades y por los querandíes, pobladores originarios que no estaban dispuestos a ceder sus tierras. Pero Juan de Garay la veía estratégicamente como el punto ideal para emplazar un puerto sobre el río con salida al Atlántico. En 1578 ya era Gobernador del Río de la Plata y del Paraguay y veía al futuro puerto de Buenos Aires como una herramienta para avanzar desde varios frentes: frenar el avance portugués, abrir un nuevo canal para sacar los metales preciosos del Alto Perú y romper el aislamiento de Asunción.

Su expedición bajó desde Paraguay con 62 hombres y una mujer, que arriesgaron su vida a cambio de tierras y ganado. Tres meses después de su partida, el 11 de junio de 1580 consiguieron refundar la llamada Ciudad de la Trinidad y el puerto de Santa María de los Buenos Aires.

Esta nueva urbe se extendía desde el Río de la Plata y llegaba hasta la calle Salta, mientras que al norte el límite era Viamonte, así como Independencia marcaba el punto más austral. Los 63 expedicionarios, que se convirtieron en los nuevos pobladores, recibieron un cuarto de manzana cada uno, más terrenos para cultivo. Con el correr de los siglos se convertiría en la capital del Virreinato del Río de la Plata y, luego, en la sede de los primeros gobiernos patrios. A través de la Ley de Capitalización, sancionada en 1826, la ciudad quedó bajo la jurisdicción del Estado Nacional y, tras la reforma constitucional de 1994, se la declaró autónoma y sus ciudadanos eligen a sus propias autoridades. Desde 1959, en conmemoración de la refundación de la Ciudad, se celebra el Día del Vecino.

En la edición de Caras y Caretas N° 872, del 19 de junio de 1915, se publica una nota que muestra la inauguración de una estatua a Juan de Garay con  motivo de conmemorarse los 335 años de la refundación. La misma fue ubicada en Paseo de Julio (actual Leandro N. Alem) y Rivadavia, frente a la Casa Rosada. Pero lo original, es la clásica segunda tapa de nuestra revista con una fina ironía al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Marcelino Ugarte, del Partido Conservador. En el dibujo se ve a la recién inaugurada estatua pero en lugar de Garay está Ugarte con la leyenda: “Si don Juan de Garay tiene estatua por haber fundado la Ciudad de Buenos Aires, Marcelino debe tenerla por haber fundido la Provincia”.