Había ido a ver a una de sus bandas favoritas: Patricio Rey y sus redonditos de Ricota. En la entrada fue detenido por la policía y unos días después falleció a causa de la golpiza.
martes 26 de abril de 2016 | 3:08 PM |Walter Bulacio tenía 17 años. Cursaba 5º año del secundario en el Colegio Nacional Rivadavia. Era estudioso, y le gustaba escribir cuentos. Era fanático de San Lorenzo y de los Redondos, y estaba pensando en ser abogado. Sabía que sus padres no podían pagarle el viaje de egresados, por eso había conseguido un trabajo como “caddie” en el campo municipal de golf.
El 19 de abril de 1991 había concurrido a ver a Los Redonditos de Ricota en el Estadio Obras Sanitarias, en Caba. No tenía entrada y cayó detenido por averiguación de antecedente en una razzia realizada por la comisaría 35º, a cargo del comisario Miguel Ángel Espósito. Aunque la Ley de Patronato de Menores prohíbe la detención de menores sin intervención del juez competente, Bulacio fue retenido en la comisaría; lo sacarían de allí recién a la mañana siguiente, rumbo al Hospital Pirovano. Le fue diagnosticado traumatismo craneano, y dijo, con las pocas fuerzas que le restaban, al médico que lo atendió haber sido golpeado por la policía. Murió cinco días más tarde, tras haber sido trasladado a otro nosocomio; la autopsia encontró huellas inequívocas de golpe con objetos contundentes en miembros, torso y cabeza. Sus asesinos quedaron impunes y solamente el comisario Espósito recibió una pena de tres años en suspenso.