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La Revista

A 143 años del nacimiento de la feminista Julieta Lanteri

Fue uno de los grandes símbolos de la lucha por la igualdad de derechos de género en la Argentina. Luchadora incansable, vivió 59 plenos años.  A su muerte, en 1932, Caras y Caretas escribió una semblanza de su vida.

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Retrato Lanteri
Lanteri
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Un día como hoy, hace 143 años, nacía una de las pioneras de la lucha por la igualdad de derechos en la Argentina. Julia Magdalena Ángela Lanteri nació el 22 de marzo de 1873, en un pueblo llamado Cuneo, en el norte de Italia. Sus padres, Matea Guidi y Antonio Lanteri se trasladaron a la Argentina en 1879. Residieron unos pocos años en la Ciudad de Buenos Aires y luego se instalaron en La Plata.

Se recibió de doctora en Medicina y Cirugía en 1907. Así se convierte en la sexta médica recibida en la Argentina y, junto con la primera de ellas, la doctora Cecilia Grierson, funda la Asociación Universitaria Argentina.

Su gran lucho estuvo centrada en lograr la igualdad de derechos para las mujeres. Formó en 1906 el Centro Feminista del Congreso Internacional del Libre Pensamiento que se hizo en la Ciudad de Buenos Aires, junto a Alicia Moreau de Justo, Sara Justo y Elvira Rawson de Dellepiane, entre otras, para reclamar por los derechos cívicos femeninos en la Argentina.

Se casó a los 36 años con un hombre menor que ella nacido en Estados Unidos, Alberto Renshaw, aunque su matrimonio duró muy poco tiempo, precisamente por la pasión puesta por Julieta a sus causas de lucha pública.

En abril de 1919 fundó el Partido Feminista Nacional, convencida de que la ley prohibía el voto de las mujeres pero no les impedía postularse a cargos electivos. Fue candidata a Diputada Nacional y a concejal por la Capital Federal en diversas oportunidades, haciendo su mejor elección en 1920 con el voto de 1730 hombres.

El mismo 7 de marzo de 1920, fecha en que los hombres votaban para elegir Diputados Nacionales, distintas organizaciones como la Unión Feminista Nacional y el Comité Pro Sufragio Femenino organizaron un simulacro de votación para mujeres en distintos puntos de la Ciudad. Se postulan como candidatas en el simulacro Alicia Moreau de Justo por el Partido Socialista, Elvira Rawson de Dellepiane por un sector de la Unión Cívica Radical y Julieta Lanteri por el Partido Feminista Nacional, quien en principio había rechazado la idea del ensayo. Votaron cerca de 4000 mujeres y obtuvo la mayor cantidad de sufragios Alicia Moreau de Justo, seguida por Julieta Lanteri.

La doctora Lanteri solventó sus campañas electorales con ahorros propios y la venta de sus bienes, hasta quedar casi en la ruina.  Luego del Golpe de Estado de 1930 se recluyó a sus tareas profesionales, y comenzó a reorganizar su Partido a fines de 1931.

El 23 de febrero de 1932 Julieta Lanteri fue atropellada por un automóvil que circulaba marcha atrás en la esquina de Diagonal Norte y Suipacha. Sufrió una severa lesión en el cráneo que le produjo la muerte el 25 de febrero. Fue despedida en una nutrida ceremonia en el cementerio de la Chacarita. Tenía 59 años de edad. Para la escritora Ana María de Mena se trató de un crimen político. Señala en su libro que el conductor del vehículo que se dio a la fuga era David Klapenbach, integrante de la Liga Patriótica, una organización de ultra derecha que se dedicaba a amedrentar y romper huelgas. Asimismo, la investigadora Araceli Bellota relata que la página del sumario policial donde se describe el accidente resulta ilegible, como si se le hubiera derramado un vaso de agua sobre la escritura, cuando el resto de las actuaciones son perfectamente legibles. Nunca se investigó el hecho, y mucho menos al conductor del vehículo, coincidente con una etapa de la Argentina signada con persecuciones políticas y fraude electoral. Sólo Caras y Caretas publicó una nota de la periodista Adelia Di Carlo insinuando la hipótesis de un atentado. En la página 99, de la edición Nº 1.744, del 5 de marzo de 1932, se podía leer:

“Cuándo se escriba la historia del feminismo en nuestro país, se hallará su símbolo y su  encarnación viviente en la doctora Julieta Lanteri, gran exponente de perseverancia y de elevación en la misión impuesta.

Ahora que se comenzaba a vislumbrar el triunfo de los ideales feministas por los cuales bregó incansable en los últimos veinte años de su vida, desaparece la doctora Lanteri víctima de un accidente de automóvil.

Hace más dolorosa la circunstancia que ha provocado su muerte, el hecho que ella temía ese trágico fin. Médica, socióloga, conferencista, luchadora infatigable, propagandista de ideales de justicia, no se dio tregua, ni se entregó jamás vencida. Su fe y su esperanza se renovaban constantemente, lo mismo que sus bríos y su tesón en el esfuerzo. La doctora Lanteri ocupó siempre su puesto de vanguardia sin que la arredrara la montaña de dificultades que surgía en su camino.

No se intimidaba ante los ataques, ni ante las burlas; el ridículo no era fantasma capaz de asustarla y la indiferencia parecía no conmoverla.

Mujer valiente, fuerte, enérgica y perseverante, estudiosa, inquieta, trabajadora, espiritualista, generosa, alentadora de la juventud de la cual gustaba rodearse ; alma de niña siempre fresca y soñadora, de consejo incisivo, de acción eficiente, la doctora Lanteri deja la siembra de nobles ideales en el almácigo preparado y regado por su esfuerzo y por celo incansable.

Después que se doctoró en nuestra Facultad de Ciencias Medicas, se dedicó al ejercicio de su profesión con verdadero entusiasmo, lo mismo que a plantear los problemas que el progreso social exigía. Durante su larga actuación comenzada en el Consejo Nacional de Mujeres, tuvo iniciativas que merecen recordarse. A ella se debe el Primer congreso feminista internacional celebrado en América del Sur, que se reunió en Buenos Aires en 1910 para solemnizar el Centenario de la Revolución de Mayo. A su iniciativa y a su labor, se debe igualmente el primer congreso internacional del niño, que se realizó también en la antedicha ciudad. En el primero de los congresos nombrados, la doctora Lanteri presentó dos trabajos de indiscutible mérito: «La educación social de la mujer» y «La acción de los gobiernos contra la trata de blancas».

Esta «gran líder del movimiento sufragista en la República Argentina formó parte del primer centro feminista fundado en esta capital en 1906, cuya denominación .se cambió más tarde por el de Juana Manuela Gorriti. Fundó y presidió después la Liga para los Derechos de la Mujer y del Niño.

Fundó y presidió igualmente el Partido Feminista Nacional, quien propició su candidatura en cada elección municipal o legislativa que se ha realizado en nuestra metrópoli desde 1919. La vida entera de la doctora Julieta Lanteri estuvo ligada a la propaganda feminista. Y porque fué un ejemplo acabado de energía de carácter que sabe mantener convicciones por encima de obstáculos y de sinsabores, su nombre debe ser pronunciado con cariño y con respeto en cada conquista que alcancemos o en cada etapa cumplida.

Ella nos abrió el camino en que la maleza de prejuicios y errores acumulados durante siglos, nos impedía el acceso. Vamos a entrar en la lucha sabiendo cuánto bien debemos las mujeres argentinas al espíritu tesonero de esta gran figura de luchadora desaparecida. Admirable es la herencia espiritual que nos lega la doctora Lanteri. Debemos ser dignas de ella y no olvidar el compromiso contraído con su sagrada memoria. Estará siempre unido a la pena que nos produce la suerte que le fué adversa, privándola de la satisfacción de asistir al coronamiento de su obra.”

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