Hoy, como cada día, recordamos la imperiosa necesidad de recuperar una porción de la Patria que nos pertenece por historia y por integridad territorial. El 2 de abril de 1982, tras 149 años de negociación diplomática, la guerra volvió atrás ese proceso. El conflicto bélico de dos meses y medio tuvo diversas consecuencias: la muerte de más de 1150 argentinos y la ampliación de la usurpación británica, pero también impulsó el final de la dictadura militar.
lunes 2 de abril de 2018 | 11:10 AM |
Cuando la dictadura cívico-militar-religiosa iniciada en 1976 ya había comenzado a perder poder, la declaración de guerra al Reino Unido fue el recurso desesperado de los militares para recuperar algo de apoyo popular. Y en un comienzo lo lograron, ya que el 2 de abril de 1982, cuando Leopoldo Fortunato Galtieri lo anunció desde el balcón de la Casa Rosada, cientos de hombres y mujeres llenaron Plaza de Mayo, espacio que había estado restringido apenas unos días antes, cuando se realizó la multitudinaria marcha de la CGT contra el gobierno de facto.
Las Malvinas le pertenecen a la Argentina por el principio de integridad, ya que están dentro de la plataforma continental de nuestro país; por contigüidad, ya que emergen a 346 km de nuestra costa; por unidad ecológica y por herencia histórica, porque le pertenecían a España y la Argentina las conservó tras la independencia, enviando una fragata con pobladores primero y designando a Luis Elías Vernet como gobernador y comandante en 1829.
Cuatro años después, el 2 de enero de 1833, amarró en las islas una fragata británica en medio de un reclamo de soberanía de la corona del Reino Unido. Los pobladores argentinos decidieron regresar al continente, bajo el mando del capitán José María Pinedo.
El 28 de septiembre de 1966, un grupo de 18 estudiantes y obreros peronistas secuestraron un avión de línea, lo aterrizaron en las Islas Malvinas e izaron siete banderas argentinas, que se mantuvieron flameantes durante 36 horas. En este reclamo de la soberanía, esperaban que un sector del Ejército aprovechara su irrupción para desembarcar en las islas, algo que no sucedió. Al dirigente del operativo, Dardo Cabo, lo condenaron a tres años de cárcel y al resto le dieron nueve meses.
La guerra
La Argentina había mantenido un constante reclamo de las islas por vía diplomática, reafirmado durante las presidencias de Arturo Illia, Juan Domingo Perón y Néstor y Cristina Kirchner. Esa pacífica y persistente demanda estuvo a punto de conseguir buenos resultados durante la década del 70, pero el ataque armado dirigido por Galtieri disolvió toda posibilidad de entendimiento.
Durante la guerra, la crueldad de los militares que tenían campos de concentración en todo el país se replicó en las islas sobre los soldados de menores rangos y, peor aún, sobre los conscriptos de 18 años, quienes fueron compelidos a pelear sin posibilidades de rehusarse ni la instrucción militar necesaria. Por sus relatos se supo que sufrieron duras condiciones de vida en las islas, pasando hambre y frío en forma constante. Así como robaban las pertenencias de los secuestrados en los operativos, los militares también se quedaron con gran parte de las donaciones que hizo la población para los soldados. Fueron sometidos a maltratos físicos y psicológicos y a duras torturas, como el estaqueamiento en el hielo. Durante los dos meses y medio de conflicto armado murieron 649 soldados. Quienes volvieron con vida se encontraron con el desamparo del Estado y la indiferencia de la población. Este desprecio, sumado al estrés post traumático de la guerra, provocó que más de 500 ex combatientes se quitaran la vida desde 1982.
La consecuencia geopolítica fue que, excusándose en el ataque bélico, desde entonces el Reino Unido tomó también el mar circundante, llevándose las riquezas de pesca que contiene, en lo que se conoce como la segunda usurpación.